Jueves...

Los personajes no me pertenecen... son de Masashi Kishimoto

Jueves…

Una guerra que parece no terminar, disputas internas son la causa de la misma, paso por las calles, veo gente sufriendo, niños pidiendo limosnas, el dinero no alcanza, lo más triste del mundo, es ver a un niño llorar, trato de pasar por alto, y no verlos, pero se me acerca una niña de ojos cafés y ojos del mismo color, toma mi mano y me solloza, yo solo me quedo viéndola y le doy lo poco que tengo, la situación no es tan buena para mí, la niña me regala una tierna sonrisa y se va.

Yo una chica común y corriente, cabello rosado y ojos jade, la típica joven con ropa de segunda mano, nada fuera de lo normal, que tiene una rutina que no sorprendería ni a la más simple de las personas, camino como siempre al trabajo, pero esta vez es diferente, pero no tanto como para hacer alarde, subo al tren de la estación noventa y dos, << es raro >> me digo a mi misma, no hay ninguna persona en el andén, doy un ligero suspiro y me siento en una de las desgastadas sillas, no sin antes soltar otro suspiro más largo ya que el tren tarda demasiado, de pronto un sonido me despertó y asusto a la vez, la puerta que separaba el andén en el que estaba con otro se abre lentamente, un joven de cabellera negra, ojos del mismo color y test pálida entra con pasos lentos, cierra la puerta y pareciera que el mundo era solo ese anden, mi pecho se encogió y dolía, como una especie de puñalada, pero no de las que te desangran, si no, que te da una especie de calidez << que me pasa, es solo un muchacho, tranquilízate >> se decía a sí misma mientras se acomodaba en aquella silla, la cual no era muy cómoda, el joven se sentó justamente enfrente de mí, me dirigió una mirada suave y a la vez fría, sentía como me penetraba en esa milésima de segundo, soltó un suspiro largo y miro hacia la ventana, yo me quede estática, no sabía qué hacer << ¿le hago conversación? No, no, seguramente pensara que soy una atrevida >>  suspire ligeramente, desvié la mirada y a sí me quede durante todo el camino, lo sentí  eterno, pero esa sensación seguía en mi pecho. La última parada del tren.

- Estimados pasajeros esta es la última estación, por favor bajen del tren – es escucho en las bocinas del tren.
- Hmp… - fue lo único que emitió el joven de aspecto frio, se levanto y salió algo enojado.
- … - las palabras no me salían.

Me pare lentamente y logre divisar un papel que se le había caído a el joven, lo levante y salí del tren para poder entregárselo, pero, no estaba, prácticamente había desaparecido. << Tal ves no es importante >> me dije a mi misma, lo abrí lentamente y mi curiosidad me decía "revisa si esta su nombre" y, al parecer tenía razón, venia su nombre escrito a lapicero, con una letra hermosa y tangible "Sasuke Uchiha" eso era todo lo que quería leer, lo demás me dio igual, lo guarde en mi bolso y seguí aquella rutina de siempre << que tonta, pensar que este día sería diferente a los demás, ahora solo me queda seguir, con lo de siempre >> me reí un poco y suspire algo aliviada, ¿por qué? No lo sabía, solo me sentía aliviada, tal vez era porque tenía miedo, miedo de que mi mundo tan simple y cómodo cambiara de repente y para mal.

Hoy 24 de diciembre, han pasado diez días desde que mi rutina cambio ligeramente, a si es, ahora todos los días me encuentro con el joven frio y sereno de siempre, cada día pareciera ser el mismo, llega, se sienta, me mira de reojo, mira la ventana y suspira , yo como tonta, hago lo de siempre, suspiro ligeramente, mi respiración se vuelve lenta, tiemblo y cierro mis ojos, para sentir ese momento más largo y más placentero, "placer", si, así es, ese chico me hace sentir placer y alegría. Siempre me digo a mi misma, << Habla con él, pronuncia su tan bello nombre >> pero, siempre se queda en mi pensamiento, nunca logro pronunciarlo, y hoy 24 de diciembre creo poder hacerlo, sacare platica sobre, sobre la navidad, me rio un poco y me pongo la ropa más fina y elegante que tengo, salgo de mi casa, feliz de la vida, es como si ese chico, me hiciera sentir viva, esa rutina que tanto odiaba, se ah vuelto lo mejor de mis días.

Llego a la estación noventa y dos, respiro hondo y subo a, aquel tren, ya no me importa su mal estado, solo quiero llegar sentarme y esperar a Sasuke Uchiha, entro al tren y me siento en el mismo asiento desgastado de siempre, espero esos minutos, me desespero, ya que el joven no llega, ya está por partir el tren y me entra pánico, miro hacia la ventana de la puerta que separa a los andenes y nada, suspiro triste y con ganas de llorar, pero lo soporto << lo sabía, sabía que era demasiado bueno para ser verdad >> se limpio la única lagrima que salió de sus ojos, el tren empezaba a cerrar sus puertas y… no lo podía creer, el joven de ojos negros detuvo las puertas y entro con respiración agitada, parecía cansado y que había corrido mucho, llevaba en la mano derecha una bolsa que parecía de una tienda departamental, me miro y sonríe levemente, yo, intentaba regresarle la sonrisa, pero me paralice, como siempre, << demonios, hoy le hablarías, vamos hazlo >> me digo a mi misma mientras el tren se mueve pero, mis labios no se mueven, solo sigo al joven con la mirada, mientras este se sienta y me sigue mirando, tiemblo y desvió la mirada, esta vez a la ventana, << nieve >> me sorprendo, nieve, ¿aquí?, esto se vuelve más inusual, pero aun siento su mirada cálida que hace que mi pecho se haga chiquito,  no me muevo, ni hago sonido alguno, el joven al parecer se cansa y mira hacia la misma dirección que yo, y sonríe, un silencio sepulcral se apodera de todo el lugar, ya no se escucha el crujido de las sillas, tampoco el sonido de las ruedas del tren, dura una media hora.
Mis labios comienzan a moverse, lentamente pero se mueven, el joven me mira fríamente y espera que mis labios pronuncien algo, suspira y siento esa ligera brisa calida, motivan a que mis labios se abran y pronuncien aquel nombre elegante.

- Sasuke Uchiha… - cierro mis ojos y pienso << a de pensar, "que chica más tonta" >> suspiro algo triste.
- Disculpa yo no tengo conozco – dice casi susurrando y abro los ojos – pero, ya te echaba de menos – sonríe y eso hace que mi corazón se achicara mas.
- Lo lamento, yo, no sé de qué me hablas – quiero que este momento se acabe, es una situación tan incómoda, el se ríe como si supiera lo que pienso.
- Sabes, desde aquella ves, que me canse de usar el auto y subir a este tren, me sentía incomodo, pero te vi, tus ojos destellantes, tu cabello rosado y tu rostro angelical – alzó su mano y me acaricio el rostro, era un sueño, era… mi sueño perfecto -  desde ese día, me subo a este tren solo para verte – sonrió y me miro a los ojos, apenas puedo respirar.

Pasan 10 segundos y llegamos a un túnel, ese momento, en ese momento, sabía  que tenia que emitir palabras, pero malditos labios, no se movían.

- ¿Me dirás tu nombre? – me susurra, siento su mirada fija, aunque todo este a obscuras, con mis manos, busco su rostro, lo encuentro.
- Sakura… Sakura Haruno – digo suavemente y alejo mis manos de su rostro.

Logro divisar lo que hay dentro de la bolsa y veo una bola de cristal, dentro de ella una niña con la mano estirada << curioso >> me digo a mi misma, se parece mucho a la niña de aquel día.

- Que es eso - pregunto algo curiosa, el sonríe y saca la bola de cristal de la bolsa, veo cada detalle,  la sacude, la bola de cristal emite una luz blanca y nieva dentro de ella.
- Es un regalo, para ti, por eso eh tardado un poco más de lo normal – sonríe y yo le devuelvo el gesto.
- Es hermosa…- la tomo en mis manos y me pongo a pensar, << ¿acaso la niña habrá muerto ya? >>, Muevo mi cabeza a los lados, trato de no pensar en ello y coloco la bola de nieve dentro de la bolsa.

El tren hace un ruido y para de repente, por causa y efecto hace que mi cuerpo se levante y caiga encima del joven, no quiero moverme, es tan cálido.

- Se detuvo… - dice en vos baja, mientras me incorporo, sigue sin haber luz – Sakura… te importa si yo… - me toma en brazos y me sienta en sus piernas, yo me dejo llevar – discúlpame, es que tengo frio – sonríe y logro verlo, es como si, mis ojos solo fueran diseñados para verlo, a el, y solo a él.
- Sasuke… - me acerco más a su rostro e intento besarlo, pero algo me detiene, mis dudas, mis miedos, pero al final mi corazón le gana a todos ellos, me acerco mas y roso mis labios con los de él, es tan cálido, tanto que se me olvida que afuera está nevando,  <<¿que pasara ahora?>> me detengo.
- Te amo – rosa sus labios con los míos y busca la manera de entrar en mi boca, lo logra, no opongo resistencia y ese beso, mi primer beso, algo torpe pero dulce y tranquilo, era la gloria misma.
- Yo… también – sonrió y sollozo de alegría, el sonríe y me vuelve a besar.

El tren volvió a moverse, pero no nos percatamos de eso, estamos tan perdidos, tan metidos en nuestro mundo, que el tiempo no existía para nosotros.

Salimos del tunel y el día seguia nublado, un ruido estruendoso que empezó como un silbido se volvió estallido y el tren exploto en mil pedazos, los dos quedamos abrazados y besándonos.

Morimos…  estamos muertos… pero juntos… nada nos separo… ni siquiera… la muerte…

El amor es tan complicado, tan bello, y sobrevive a todo, nuestras almas están en paz, y juntas, somos uno solo.
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